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1. Get “slippery”! A small difference in your rider position can make a big difference in your speed out on the road. Around 80% of a cyclist’s power goes into pushing wind out of the way on a flat road, so the importance of being aerodynamic can’t be overstated. A simple change in position that reduces your wind drag could make a bigger difference in your speed than becoming 10% stronger. The key is to find a position that is still comfortable, and doesn’t cut into your power output too much. Working on core strength and flexibility, as well as some practice riding in the new position, can help make a more aggressive posture much more comfortable and sustainable. To do a simple assessment of your position have somebody take a picture of you riding on a trainer, and compare yourself to video of a professional cyclists. Use a powermeter to ensure you can maintain the same power with a new position, and also to see if the new position is making you faster. Don’t neglect to practice riding on the drops as well, just changing your hand position from the brake hoods to the drops can be worth 1-2 mph, without so much as turning a wrench or spending a penny.
2. Learn the game! You can do this without even putting down the eggnog. A great read is Thomas Prehn’s 2004 book, “Racing Tactics for Cyclists”. This book will give you the tools to improve your game, and explains how to play your cards just right to get the best performance from your fitness level. Rehearse these tactics mentally so that you can put them to practice out on the road. Reading a race well and positioning yourself correctly in the pack can make a huge difference in your race performance. This will help you to finish much farther up in the pack in most any race regardless of your training status.

Mejora tu aerodinámica

1. ¡Aprende a deslizarte! . Una pequeña diferencia en tu posición mientras estás en la bicicleta puede provocar una gran diferencia en la velocidad que alcanzas en carretera. Alrededor del 80% de la energía de un ciclista en una carretera llana se pierde empujando el aire de la trayectoria, por eso la importancia de ser aerodinámico no debe subestimarse. Un simple cambio de posición que reduzca la resistencia al viento puede ser decisivo en tu velocidad y hacer que tengas un 10% más de fuerza. La clave está en encontrar la posición que siga siendo cómoda y no reduzca tu potencia demasiado. Trabajar la fuerza del núcleo corporal y la flexibilidad, así como algo de práctica en la bici con la nueva posición puede ayudar a hacer una postura más agresiva mucho más cómoda y más fácil de mantener. Para hacer una sencilla evaluación de tu posición haz que alguien te tome una foto mientras pedaleas en el rodillo de entrenamiento, y compárate a ti mismo con un video de un ciclista profesional. Utiliza un medidor de potencia para asegurarte de que puedes mantener la misma potencia con la nueva posición, y también para ver si esta nueva postura te hace más rápido. No olvides tampoco practicar con las manos en la parte baja del manillar, solo cambiando la posición de las manos de la parte próxima a los frenos a la parte baja puede significar 2-3 km/h de diferencia, sin siquiera mover nada en tu bicicleta.
2. ¡Aprende el juego! Puedes hacerlo sin posar tu copa de “eggnog”. El libro de 2004 de Thomas Prehn, “Tácticas ciclistas de competición”, te dará las herramientas para mejorar en tus recorridos, además de explicarte cómo debes jugar tus cartas para conseguir los mejores resultados según tu forma física. Repasa estas tácticas mentalmente de manera que puedas ponerlas en práctica en la carretera. Si entiendes la carrera bien y te colocas correctamente en el pelotón puedes conseguir una diferencia enorme en tus resultados. Esto te ayudará a terminar mucho más adelantado en el pelotón en casi cualquier carrera independientemente de tu nivel físico.